Foto: Andina
La exposición prolongada a celulares y tablets en niños de 2 a 5 años está reduciendo su vocabulario, fluidez verbal e interacción social, con consecuencias preocupantes para su desarrollo integral.
Escribe: Manuel Meza (Periodismo Digital)
El impacto de la tecnología en el desarrollo infantil
En Perú, el 95.1% de los hogares cuenta con acceso a tecnologías digitales, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esto permite un mejor acceso a la educación, información y noticias actuales. Sin embargo, los niños menores pueden tener acceso sin supervisión a estas tecnologías; el uso excesivo de ellas altera las dinámicas familiares, reduciendo las interacciones cara a cara y retrasando el desarrollo del lenguaje fundamentales en los primeros años de vida.
En una entrevista para Punto Seguido, la psicóloga especializada en infancia, Nancy Reto afirma que los niños aprenden a hablar mirando a los ojos, escuchando y jugando.
Más horas frente a la pantalla, menos habilidades verbales
En un estudio realizado en una escuela en la provincia de Huarochirí, Lima, se evaluó a 50 niños de entre 3 y 5 años, y encontró una correlación inversa significativa entre el tiempo frente a celulares y el desarrollo del lenguaje oral. El 42% no alcanzaba un vocabulario de 200 palabras a los tres años, y el 67% solo utilizaba frases simples, sin estructuras gramaticales complejas.
A nivel regional, la situación en Perú es especialmente preocupante. Aunque países como México y Brasil también registran altos niveles de exposición infantil a pantallas, el contexto peruano es más complejo por su diversidad lingüística y la falta de regulación. Mientras Uruguay aplica el Plan Ceibal, que limita el uso de tabletas a mayores de seis años, en Perú no existen normas que regulen el contenido digital dirigido a menores de tres años.
Recomendaciones de expertos: prevenir y actuar a tiempo
Un estudio publicado por JAMA Pediatrics (Estados Unidos) muestra que los niños de 2 a 5 años pasan al menos 150 minutos al día frente a pantallas, superando ampliamente la recomendación de la Academia Americana de Pediatría, que sugiere un máximo de una hora al día. La OMS advierte que superar este tiempo incrementa el riesgo de retrasos en el lenguaje, alteraciones del sueño y problemas visuales. “No se recomienda el uso de celulares, televisión o juegos en línea antes de los seis años. Y si se usan, deben ser máximo 50 minutos al día, con supervisión constante”, señala Reto.
La exposición prolongada a pantallas también se relaciona con fatiga ocular, irritabilidad y trastornos del sueño. En un estudio realizado por la Revista Cubana de Oftalmología, se indica un mayor riesgo de miopía y dificultades para dormir, aunque los efectos varían según la edad, la frecuencia y el acompañamiento de los adultos. Para contrarrestar estos efectos, Reto recomienda: “Los juegos de mesa como Memoria o Descubre al personaje estimulan el lenguaje comprensivo y expresivo. También es clave conversar con los niños todos los días, hacerles preguntas y leer cuentos juntos”.
En casos específicos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA), ciertas aplicaciones digitales pueden ser útiles. “Las pantallas se emplean como herramienta en casos severos de TEA o cuando el lenguaje oral no es posible. Forman parte de los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación, pero no son una solución general”, aclara la especialista Reto. Además, advierte sobre el uso de inteligencia artificial: “Los niños pequeños deben madurar su comprensión antes de interactuar con chatbots o asistentes virtuales. La lectura y el juego siguen siendo esenciales”.
Promoción de la interacción real
El aumento en el tiempo que pasan los niños frente a celulares, tablets o televisores está generando una disminución en el vocabulario y la fluidez verbal, debido a la menor interacción directa con personas y al pobre estímulo oral. Sin una supervisión adecuada ni límites claros, muchos niños podrían enfrentar dificultades del habla que afecten su desempeño escolar y su desarrollo emocional. Es importante promover actividades que fortalezcan el lenguaje y la conexión con los demás.
“La tecnología no es enemiga, pero mal usada en la infancia sí se convierte en un obstáculo. Los padres deben priorizar la interacción real sobre lo digital”, concluye Nancy Reto.