Un problema como el Fenómeno del Niño, que azotó al país en 2017, seis años después sigue causando los mismos estragos. Los vecinos del asentamiento humano “La Esperanza”, aledaños a las riberas del río Chillón, carecen de los servicios básicos tras las lluvias e inundaciones por los huaicos en los meses de febrero y marzo. Asimismo, las viviendas de los damnificados quedaron destruidas.
Por Jessica Alarcon, Antonio Contreras, Luis Gallegos y Nicolle Pinedo
En el Perú, durante el primer trimestre del 2023, la llegada del ciclón Yaku causó la intensificación de lluvias y ocasionó huaicos y activación de quebradas en la costa peruana. A consecuencia de ello, las viviendas de los asentamientos humanos aledaños a los ríos, como “La Esperanza”, quedaron destruidas. Esta queda en el distrito de Comas, y sus pobladores no tienen acceso al agua, desagüe ni a energía eléctrica, tras las inundaciones provocadas por el crecimiento del caudal del río Chillón.
“NO HAY AGUA”
La situación para los vecinos gira en torno a la carencia y la adversidad. Así lo relata Elizabeth Carpio, vecina del asentamiento humano “La Esperanza”. “Acá no tenemos agua, tenemos agua del pozo», declaró mientras se lamentaba. Según Carpio, ella y sus vecinos subsisten diariamente con agua del pozo porque la proveniente de los caños está contaminada. “Es agua amarilla, sucia”, señaló.
Asimismo, la vecina destacó que no cuentan con un representante vecinal que dé la cara por “La Esperanza”. Si bien Carpio confirma que sacar agua del pozo está legalmente prohibido, por la necesidad cometen esta falta. Además, la pobladora indicó que en el barrio solo un vecino cuenta con un generador eléctrico, por lo que
los demás únicamente pueden obtener el recurso de la energía eléctrica a través de las conexiones clandestinas.
La mujer también comentó que la gran mayoría de habitantes de “La Esperanza” siguen viviendo en la misma zona, aunque en condiciones mucho peores, pues ya no tienen servicios básicos, mientras que otros están en albergues y campamentos otorgados por la municipalidad.
Carpio es solo un caso de los muchos que se han visto gravemente damnificados por las crecidas de los ríos a causa de las intensas lluvias. Este panorama es similar al que ocurrió durante el 2017 por el Fenómeno del Niño Costero, cuando las viviendas localizadas en las riberas de los ríos llevaron la peor parte.
Problemas de salud pública por la falta de acceso al agua: enfermedades y
ausencia de saneamiento urbano
Desde que se produjeron los masivos huaicos que afectaron el norte del país y distritos de Lima aledaños a los ríos, el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) apuntó en un comunicado público que adoptaron la rápida medida de cortar el servicio de agua potable en algunas zonas del norte de la capital, siendo el distrito de Comas uno de los más alterados con esta decisión.
La cuestión de urgencia ante la crecida del caudal del río Rímac y el río Chillón, por las fuertes lluvias, ha llevado al corte del servicio de abastecimiento de agua en las zonas más cercanas a las riberas . Esto puede acarrear graves consecuencias para la salud de los pobladores.
El desabastecimiento de agua apta para consumo humano trae efectos irremediables en la salud: uno de los más graves está relacionado con posibles rezagos en el desarrollo de los niños. Según un informe del Banco Mundial sobre el suministro del agua segura del 2017, las infancias, sobre todo las que viven en zonas rurales o alejadas a la urbe, son las que más sufren su falta de acceso.
Además, según menciona Guangzhe Chen, director superior de Prácticas Mundiales sobre el Agua del Banco Mundial , en el mismo informe, “millones de personas están atrapadas en la pobreza por el mal abastecimiento de agua y el saneamiento deficiente, lo que contribuye al retraso del crecimiento y a la existencia de enfermedades debilitantes de la infancia”.
Asimismo, la salud de los habitantes dentro de “La Esperanza” puede correr riesgos debido a las condiciones poco higiénicas en las que viven, tras la falta de desagües, la basura acumulada, y los pozos de agua que dejaron las lluvias. De acuerdo con Bryan Mijichich, especialista en salud pública, quien desempeña el cargo de Jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres de la Diris de Lima, las enfermedades más comunes que repercuten en la salud de las personas por los huaicos son los trastornos por respiraciones agudas, enfermedades diarreicas agudas (conocidas como edas e iras) o problemas dermatológicos a la piel.
Luego de que los huaicos irrumpieron vías de acceso como veredas y pasajes peatonales, Elizabeth afirmó que, durante las inundaciones, las vías de camino en el asentamiento humano “La Esperanza» estaban cubiertas de agua. Por ello, a iniciativa de los propios vecinos, se colocaron piedras sobre sus terrenos, como un escudo para que el agua circule por la vía opuesta, y no afectase sus viviendas.
La señora Elizabeth declaró que las viviendas de la parte alta, donde ella reside, no han sido severamente perjudicadas. Sin embargo, las viviendas de la parte baja sí se han perdido. Carpio confirmó que los damnificados están viviendo en carpas instaladas en una losa deportiva. “Ellos nuevamente se han reubicado en las riberas, sabiendo que no pueden estar ahí”, dijo la vecina. “Desde la gestión de Hugo Díaz, se permitió que las personas invadan en las riberas del río Chillón, a pesar de que nosotros los vecinos advertimos a la municipalidad, la policía, pero ellos no hicieron nada”, concluyó.
A pesar de ello, otro problema, que afecta en la integridad de los damnificados es el hecho de no poder seguir viviendo en sus propias casas, sino hacerlo en la intemperie o en un refugio temporal del Estado . Esto puede perjudicar a la salud y estabilidad emocional de las familias.
Así es el caso de Rosa Menacho, una de las vecinas damnificadas del asentamiento humano “La Esperanza”, quien afirma sentirse insegura por haber perdido su vivienda durante los huaicos. Menacho extraña vivir en su casa, y lo único que desea es volver a las riberas del río Chillón, incluso a pesar de que ello pueda hacer peligrar su vida. “Mis hijos no quieren que yo regrese, pero necesito vivir en el lugar donde pasé gran parte de mi vida, aquí pasé los momentos más difíciles, pero también los más felices de mi vida entera”, dijo la afectada.
Hace casi tres meses, en febrero de 2023, perdió su casa, cuando el desborde del caudal del río Chillón arrasó con la zona. “Tenía mi pequeña esterita cerca al río, y
ya no existe, ahora estoy viviendo con mi hijo mayor en su casa de los Olivos”. La señora de 58 años ya no vive en su barrio, donde pasó las mejores etapas de su vida. Sin embargo, eso no es impedimento para que ella siga frecuentando “La Esperanza”, visitando a sus vecinos y recorriendo la zona. Además, dice que la nostalgia de no poder vivir allí la aturde. “Siempre vengo a ver mi casa, aunque ya no exista”, señala Menacho, con tristeza y angustia.
Solución posible a la construcción del muro en la ribera del Río Chillón
En los últimos años, el Perú ha seguido atravesando una crisis social y política, luego de haber sobrellevado la pandemia mundial del COVID-19.
Si con la pandemia no fue suficiente, desde enero del 2023 se presentó un siniestro desconocido en las costas peruanas. Meteorólogos del Instituto Geofísico del Perú lo denominaron ciclón “Yaku”, debido a las fuertes corrientes de viento que vienen desde las zonas tropicales del Pacífico, y que lograron afectar el clima en la costa peruana, y en gran parte de la sierra. Los efectos del ciclón “Yaku” son las fuertes e intensas lluvias que dejaron activaciones de quebradas, aumento en los caudales de los ríos, huaicos, destrucción de viviendas, inundaciones, entre otros. También se reportaron pérdidas humanas, mientras que los sobrevivientes tuvieron que ser reubicados en casas de refugio.
Además, según el reporte de la Municipalidad de Comas, en el distrito, el efecto de huaicos e inundaciones ha dejado a 51 familias en un albergue temporal, debido a que sus viviendas quedaron destruidas. En ese sentido, el Consejo distrital comeño comunicó que se está proveyendo a las familias de alimentación por el tiempo que duren las lluvias en la capital, así como el estado de emergencia.
El alcalde de Comas, Ulises Villegas, en declaraciones a la Agencia Andina, manifestó que su gestión está realizando un expediente técnico para la creación de un muro de contención en la ribera del río Chillón, con el objetivo de reducir el impacto de los huaicos en la zona.
La vecina Elizabeth Carpio contó que las obras para construir el muro han sido paralizadas luego de que los pobladores se quedaran sin agua. “El alcalde visitó la zona para indicar a los habitantes que iba a construir el muro”, señaló. Ella manifestó que el alcalde de Comas trajo maquinarias y piedras junto a su equipo de trabajo de obras, tras los primeros días del desastre. Sin embargo, luego de que los vecinos se quedarán sin agua, ninguna autoridad a cargo de la municipalidad volvió a reaparecer en la zona.
A raíz del Fenómeno del Niño Costero, Lima Metropolitana ha sido clasificada por Senamhi en alerta roja (extrema) por la probable activación de 20 quebradas y del desborde de los ríos Huaura, Chancay, Huaral, Chillón y Lurín. Durante el comienzo de las masivas lluvias en la capital, el Gobierno Central ha dispuesto estado de emergencia en 18 distritos de Lima Metropolitana y cuatro del Callao; entre ellos figura Comas como una zona de alto riesgo. Esta situación de emergencia vigente por 60 días calendario, a partir del 3 de marzo, se decretó con la finalidad poner en práctica medidas de prevención para mitigar el riesgo existente.
El río Chillón es uno de los que más ha perjudicado a los pobladores a su alrededor. Son varios los distritos que colindan con este, entre ellos está Comas. Por ende, muchos pobladores aledaños al río han quedado en calidad de damnificados, pues perdieron sus viviendas a causa de la inundación. Actualmente, algunos vecinos de “La Esperanza” continúan sin acceder al servicio de agua potable y desagüe por la contaminación del agua. Y cabe destacar que el ciclo del Fenómeno del Niño Costero aún está por llegar.
La necesidad de que los distritos realicen un trabajo conjunto
Por otro lado, a raíz de la propuesta de la construcción de un muro de contención, surge la interrogante: ¿Qué tan factible a mediano y largo plazo es la propuesta de Villegas para reducir el impacto de los huaicos en el río Chillón?
Como se dijo, la propuesta de una solución para frenar los desbordes de los ríos es un asunto que se tiene que abordar de forma coordinada. Al respecto, Miguel Estrada, exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento del Gobierno de Martín Vizcarra, mencionó que sería de gran ayuda que se instale una mesa de trabajo entre los distintos municipios para evaluar el proyecto. Asimismo, afirmó que si este proyecto se realizara, tardaría en concretarse eficazmente entre 10 y 12 años, pero que sí lograría reducir el impacto de las alteraciones fluviales.
En cuanto al presupuesto del proyecto, como declaró a la Agencia Andina el alcalde de Comas, “la creación de la defensa ribereña en la margen izquierda del río Chillón, zona 14 del distrito de Comas, tiene un financiamiento de S/ 20 millones”. De esa manera, también se ha señalado que realizarán un trabajo en conjunto a través de esta propuesta. Comas y Puente Piedra están trabajando juntos con el expediente técnico.
El ingeniero civil, Miguel Estrada, indica que hay que hacer un estudio previo de ingeniería. “Los muros de piedra funcionan muy bien, y han funcionado en la socavación y erosión de los márgenes de los ríos. Pero antes que nada se debe conocer la parte hidráulica e hidrología de la cuenca, pero no es una solución definitiva”, comentó.
El ex ministro Estrada recomienda también que el alcalde de Comas realice la convocatoria de técnicos especialistas en obras hidráulicas para que se trabaje con una solución viable para el trabajo de la cuenca hidrográfica. Además, tomando en cuenta el tiempo de ejecución del proyecto, “sería imposible hacer una obra de esa envergadura en ocho meses, como tiene planeado realizarse según Ulises Villegas, sería mentirle a la población”, señaló Estrada.
Para Miguel Estrada, la obra del muro de contención en el río Chillón, debe seguir el modelo de Canadá, que trabaja con una cuenca hidrográfica. “Tiene que verse las divisiones de las cuenca alta, media y baja para realizar las obras adecuadas a cada una de las zonas. Si no se toman en cuenta las características hidráulicas y geográficas de la cuenca, tal vez no funcione”, afirmó. Este también indicó que los distritos de Comas, Puente Piedra, Carabayllo y Santa Rosa no pueden trabajar de manera independiente, pues en el caso de la construcción del muro debe haber una cooperación en conjunto. Y esa es una prioridad.