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Punto Seguido - UPC

Revista Punto Seguido - UPC presenta noticias, crónicas, fotos, videos, entrevistas, reportajes y contenidos en 360. Publicación digital de los estudiantes de Comunicación y Periodismo de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

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Secuelas de la pandemia: depresión, ansiedad y estrés

17/05/2021 by Mabel Aguilar

El confinamiento social y otras restricciones son factores que afectan gravemente la salud mental de las personas.

Escribe: Lorenzo Pérez Córdova

Foto: ANDINA

El 15 de marzo del 2020 fue el día en el que millones de peruanos vieron como la expansión de una pandemia los privaba de su libertad. La Covid-19 ha perjudicado la salud, la economía, la socialización y la educación. Los países más afectados fueron aquellos con una infraestructura deficiente de sus instituciones.

Shessira es una estudiante de comunicaciones que recuerda con nostalgia los días cuando podía visitar y conversar con sus amigos y familiares sin restricciones. Aquellos días de cine, de playa, de restaurantes se han esfumado. “He sufrido de fuertes depresiones que hicieron que mis notas decaigan y que subiera de peso”. Ha padecido distintos problemas durante esta pandemia: “comía en exceso porque me sentía muy ansiosa”, “se me desgastaron las uñas por haber estado mordiéndolas tanto”, “sufrí un colapso nervioso que hizo que me cortara el cabello”, “sufrí de anemia porque solo comía comida chatarra”, se lamenta. Debido a esos desequilibrios emocionales ha recibido medicación para tratar sus padecimientos. “He estado recuperándome por medicamentos antidepresivos, he estado intentando mantener mi mente en paz haciendo manualidades, aprendiendo cosas nuevas, pero de todas formas no es lo mismo”, señala.

Ha pasado más de un año y la posibilidad de un regreso a cierta normalidad está lejos aún. Esta situación genera graves consecuencias en la salud mental de las personas. Un estudio realizado por el Ministerio de Salud (MINSA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) concluye que tres de cada diez niños y adolescentes, de ambos sexos, de 6 a 17 años presentan algún problema en su salud mental a causa de esta pandemia. Asimismo, el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) advierte que el encierro, la evitación social y el miedo por el contagio son los principales factores que desencadenan la ansiedad, la depresión y el estrés. Además, desde el 15 de marzo hasta el 30 de junio del 2020, la línea 113 del MINSA ha ofrecido 73 000 orientaciones en salud mental. Los problemas más frecuentes fueron el estrés, la ansiedad y la depresión, en ese orden.

Todos las mañanas, Ana derrite el chocolate, lo vierte en el molde y empieza a preparar sus chocotejas. Aunque sus ingresos no son suficientes para cubrir parte de la pensión de su universidad, esta actividad le permite lidiar con su depresión. “A mí en lo personal esta situación me ha afectado mucho, sufro de ansiedad, tengo sentimientos de soledad, de abandono, me atacó mucho por ahí”, señala. Ana es una joven estudiante de comunicaciones que combate la depresión a través de su emprendimiento. “Es difícil hacer las reparticiones con la mascarilla y el protector facial sobre todo en verano. Es difícil”. Ana solía caminar desde su casa en Breña hasta la iglesia Las Nazarenas y orar. Eso le daba paz. Ahora, por su seguridad, ya no lo hace: prefiere escuchar la misa virtualmente. El aislamiento social ha hecho que su depresión sea más difícil de sobrellevar porque ya no frecuenta a sus amigos. “Desde febrero he estado llevando terapia psicológica”, comenta.

Así como Ana, la mayoría de jóvenes universitarios ven tanto su integridad física como psicológica afectadas por la actual situación sanitaria mundial. Mascarillas multicolor, protectores faciales, gel desinfectante y una distancia prudente se han convertido en elementos definitorios de este nuevo paisaje. Estas medidas de seguridad, sin embargo, no inmunizan el aspecto emocional de los individuos.

Para la psicóloga Ana Rivera Caro, lo positivo de esta pandemia ha sido el aumento de interés por las terapias. “El ser humano tiene la capacidad, en mayor o menor medida, de adaptarse. Por ejemplo, cuando se declararon los domingos como días de inmovilización social obligatoria, al principio, a la gente le costó adaptarse, pero ahora hay personas que deciden salir o quedarse en casa”, señala. Para Ana, otro de los aspectos positivos de la pandemia ha sido la consolidación de internet como una herramienta de trabajo. Señala que las terapias psicológicas online brindan mayor flexibilidad en los horarios y en las tarifas por la modalidad virtual. “Otra de las cosas que ha mejorado es que los pacientes pueden liberar sus emociones, ya no tienen que preocuparse porque el otro paciente que va entrar lo va a ver llorando y cosas así”, indica.

Todos los días, después de almorzar, Adriana sale de su casa para dirigirse al trabajo. Sus aspiraciones son tan altas como la cima de la estación del tren que debe tomar para pasar de San Juan de Lurigancho hasta su centro de trabajo en San Borja. Adriana vio cómo esta pandemia condicionaba sus estudios por el factor económico. Actualmente, trabaja todas las tardes en Plaza Vea. “Esta pandemia ha afectado mi situación económica. Me he tenido que ver privada de estudiar un ciclo por eso”, indica. Ese no es el único inconveniente que atraviesa: su riesgo de contagio de Covid-19 es alto. “Yo trabajo en un supermercado, veo que la gente a veces manosea los productos, a veces sin mascarillas, y luego tengo que acomodarlos o reponer los estantes. Es una labor que me estresa y que me da un poco de temor”, menciona.

Desde el cese de las actividades por la emergencia sanitaria, los ingresos de los ciudadanos se vieron afectados. Esto se vio reflejado en las tasas de deserción educativa. Según el sistema de información de la educación superior del Ministerio de Educación (Minedu), en las universidades privadas la cifra para el ciclo 2020-1 fue de 22.3% y para el ciclo 2020-2 del 18.9%. Las tasas de deserción educativa superior privada aún son altas. Esta problemática no solo frustra la carrera universitaria de los estudiantes; también perjudica su salud mental.

Los efectos de esta pandemia han afectado a todos los individuos. Según información brindada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son la población de riesgo. No obstante, no son los únicos afectados. Los jóvenes y niños son más vulnerables a la inestabilidad emocional. Essalud ha advertido el incremento de hospitalizaciones de niños y adolescentes por depresión. Asimismo, el hospital Almenara ha informado que el aumento del 50% de hospitalizaciones se debe al confinamiento. Por otro lado, la Asociación Peruana de Farmacias ha reportado un aumento en la demanda de ansiolíticos desde el comienzo del confinamiento social.

Para el psiquiatra Luis Miranda Calderón, la ansiedad debe ser evaluada por profesionales de la salud mental. Primero hay que identificar si los síntomas de la ansiedad responden a un trastorno. De serlo, el profesional debe sugerir el tratamiento farmacológico. Añade que la prolongación de la ansiedad puede derivar en una depresión, en pensamientos negativos que conducirían a la persona a ideas de suicidio.

Shessira, Ana y Adriana son tres jóvenes universitarias que han visto su integridad emocional y física amenazadas por el riesgo de contagio y el confinamiento social. Afrontar los problemas psicológicos y económicos en este contexto les está resultando muy difícil. Sus libertades de expresarse abiertamente se ven frustradas por las mascarillas y la distancia social.

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¿Cómo cuidar la salud mental en época de pandemia?

14/05/2021 by Mabel Aguilar

      Consejos para proteger su salud mental durante la epidemia del coronavirus (Foto: Freepik)

La epidemia por la enfermedad de coronavirus ha afectado el estado emocional de muchas personas en el mundo. En este caso, los adolescentes y los niños son los que más se han visto perjudicados. Ante esta situación, es recomendable mantener una comunicación abierta con familiares y amigos para poder despejar las emociones reprimidas.

Escribe: Andrea Zavaleta

El estado de emergencia por la COVID-19, ha generado cambios en la rutina diaria de las personas. Estas variaciones, han provocado que los individuos presenten síntomas de estrés, inquietud y disconformidad consigo mismos.”En el Perú, el 70% de los ciudadanos se ha visto damnificado entorno a su salud mental durante la pandemia”, sostiene la Agencia Peruana de Noticias (ANDINA). Según un estudio realizado por el Ministerio de Salud (Minsa), 7 de cada 10 peruanos han sufrido de ansiedad en medio de esta coyuntura.

Ante esta circunstancia, es importante que cada persona preserve su salud mental. El primer consejo que recomienda la psicóloga Brenda Benavides es aprender a reconocer las emociones. Sobre todo comprender cómo uno se siente, sin dejar de lado los sentimientos. Ella recomienda que escribir sobre las impresiones que uno siente, permite liberar las sensaciones abrumadoras.

Además, la especialista en psicología señala que uno debe mantener la mente ocupada en diversas actividades. En este caso, en ver películas o series, leer un libro, hacer ejercicio o otras funciones divertidas. Estas distracciones son una manera práctica para luchar contra la tensión emocional. Según Benavides, también es fundamental que cada persona conserve el contacto con los familiares o amistades cercanas. Puesto que, hablar con otra persona sobre cómo uno se siente ayuda a proteger el bienestar emocional.

Otra posición que mantiene la doctora es que uno no debe descuidar su salud por ninguna razón. Por ello, una persona tiene la obligación de alimentarse bien, sobre todo tener hábitos saludables. Asimismo, es importante que uno se fije en las sensaciones de cada parte de su cuerpo. Sobre todo fijarse con detenimiento en las partes donde siente tensión o molestia. También asegura que uno siempre debe ser empático con los demás, ya que cada individuo está viviendo la pandemia de una manera distinta.

Como bien sabemos, la situación actual que atravesamos puede desencadenar diversos problemas de salud mental. Los más damnificados pueden ser los individuos que padecen de trastornos graves, ya que se vuelven más vulnerables debido a las restricciones impuestas por la pandemia.

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Sobreviviendo a la pandemia en una casa de reposo

11/05/2021 by Mabel Aguilar

En nuestro país existen alrededor de 32 centros de atención para personas adultas mayores acreditados. Punto Seguido visitó uno de ellos para narrar cómo sobrellevaron -y sobrellevan- la crisis sanitaria.

Escribe: Sandra Christina Calero Bracho

Foto: Sandra Christina Calero Bracho

En la casa de Reposo Virgen del Carmen, ubicada en el distrito de Lince, habitan alrededor de 20 personas adultas. Algunos padecen enfermedades degenerativas, Parkinson, demencia senil y en ciertos casos se encuentran postrados a una cama, sin poder comer ni caminar por sí mismos.

Antes de la aparición del SARS-CoV-2, tenían permiso para salir con sus familiares, ir a visitarlos, llevarles ropa y comida, dentro del reglamento establecido para su salud. También gozaban de celebraciones en días festivos como Navidad, año nuevo, etc., en los cuales los enfermeros decoraban la casa, traían espectáculos y hacían bailar a los residentes hasta cansarse.

Según la enfermera Margaret Villavicencio, trabajadora del geriátrico, “cada año llevábamos un control para tener con mayor claridad la estabilidad y satisfacción emocional de nuestros residentes. Lo medíamos por ámbitos diferentes como apetito, energía, seguridad y riesgo. Antes de la pandemia nuestro porcentaje de estabilidad era de un 80% entre nuestros pacientes”. Ella comenta la gran dificultad que conlleva tratar con personas adultas, los enfermeros encargados no sabían cómo manejar la situación ni cómo explicarle a cada uno de ellos que ya no podrían ver a sus familiares.

No tenían certeza ni respuesta para sus preguntas, no sabían cuánto tiempo duraría ni qué les esperaría. Margaret declaró: “solo sabíamos que nosotros nos habíamos convertido en su familia”. La situación fue empeorando, se empezaron a presentar enfermedades mentales entre los adultos mayores; el cambio fue tan radical y abrupto que algunos no lograban comprender lo que estaba ocurriendo. Ansiedad. Depresión. Desórdenes alimenticios. Todos se encontraban muy bien cuidados físicamente, pero mentalmente estaban cayendo en un abismo.

La mente de los adultos mayores

Según el Instituto Nacional de Estadística e informática (INEI), “existen más de 4 millones de personas mayores de 60 años, lo que representa el 12,7% de la población total en el Perú” (2020). Además, en nuestro país hay alrededor de 32 centros de atención para personas adultas mayores acreditadas en el Perú, de siglas CEAPAM, según el ministerio de la mujer y poblaciones vulnerables.

A raíz de la pandemia, el porcentaje de trastornos mentales se incrementó, aumentando en diferentes ámbitos sus enfermedades físicas por disociación, tales como deterioro de la memoria, artritis, dificultad para la concentración, entre otros. Según la Psicóloga Anakarina Gamboa Mercado, “un 75% de adultos mayores a 65 años, tenía miedo al contagio y a una posible defunción, pero adicionalmente, tenían miedo a la soledad y al estar aislados tanto tiempo de las personas que aman”. Sabían a lo que se exponían, habían pasado por ello en otras ocasiones, se les habían presentado situaciones difíciles, pero ahora estaban en otra etapa, una en la que ya no podían salir y luchar, solo les quedaba, quedarse en casa y esperar.

La psicóloga Gamboa cuenta que la salud mental en el Perú no es integral, ya que no se les da la debida importancia a los trastornos mentales y a lo que pueden llegar a causar. Ella considera que este virus ha llegado para sacar a relucir las deficiencias en el ámbito psicológico, para exponer la importancia que tiene cada persona y su mentalidad: “Los ancianos son la esencia de nuestro país, a los cuales hemos dejado en el olvido, los hemos obligado a caer en un oscuro orificio sin salida hasta su muerte”, declara.

Una vida en cuatro paredes

Delia Delgado ha vivido por 10 años en el Geriátrico Virgen del Carmen. Está por cumplir 78 años y, para ella, fue muy duro el proceso de aceptación a las nuevas circunstancias. La señora Delgado nos contó que ingresó a la casa de reposo porque su hija trabajaba muchas horas y sus nietos no podían hacerse cargo de ella. “Fue un cambio duro, pero nada peor que los otros obstáculos que me ha puesto la vida”, dijo. Ella tuvo amigos desde el primer día, ya que siempre fue jovial y alegre. Algunas veces peleaba con los otros “necios”, como los llama, pero los veía como hermanos.

Incluso, llegó a enamorarse de uno de sus compañeros, Rogelio Pérez. Él fue su gran amor entre esas paredes, y aunque a veces sentía que su compañera de habitación quería arrebatárselo, ella se aferraba con uñas y dientes a él. Un año antes de la pandemia, Rogelio se fue y nunca más se volvieron a ver. Esta situación fue triste y dolorosa, pero no se compara con lo que tendría que superar después.

Su familia no la sacaba del geriátrico seguido, pero iban a visitarla, le llevaban comida y algunos gustos que ella pedía. La señora Delia declara que cuando comenzó el aislamiento social obligatorio, “sabía qué estaba pasando, había escuchado las noticias, pero no sabía qué hacer. Ya no podría ver a mis nietos, tendría que separarme de mi perro Balcky, pobre mi perrito”. Esa desesperación y frustración la afectaron tanto que dejó de comer y empezó a generar ruidos con su boca, tal como si estuviera masticando, pero sin nada dentro. Los enfermeros podían ver cómo adelgazaba cada día más, intentaban dialogar con ella, intentaban con todas sus fuerzas sostener a los residentes de la casa de reposo, pero era en vano.

Casa de Reposo Virgen del Carmen, dentro de la casa se puede observar a la señora Delia Delgado, recibiendo las provisiones que sus familiares han traído.  Foto: Sandra Christina Calero Bracho

La enfermera Margaret comenta lo siguiente: “Buscamos soluciones, llamamos a sus familiares, les pedíamos que envíen cosas y las desinfectábamos, hacíamos y hacemos de todo para cuidar y salvaguardar su salud física y mental”. A raíz de esto, han ideado diferentes mecanismos para que los ánimos no decaigan. Los enfermeros crean juegos y la casa de reposo ha contratado psicólogos especialistas que ayudan a los residentes tres veces por semana. Para los especialistas encargados del geriátrico, es muy importante la salud mental de cada uno de sus residentes, por lo cual, se han decidido a tratarlos con ayuda profesional.

Actualmente, permiten que los familiares vayan y se queden en la puerta; con ello, les regalan una sonrisa y buen humor por largos y varios días. “Fue difícil y lo es ahora, felizmente ninguno se nos ha ido a causa de esta terrible enfermedad y con lo poco o mucho que logramos, hemos podido resistir a los rezagos psicológicos que nos ha dejado la covid-19”, finaliza Villavicencio.

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La situación de la salud mental en tiempos de pandemia

09/10/2020 by Mabel Aguilar

La salud mental es uno de los problemas que debe manejar a fondo en estos tiempos de pandemia (Foto: ANDINA)

Escribe: Ernesto Astonitas Follow @PS_UPC

La Organización Mundial de la Salud, organizará un evento internacional que contará con la participación del Director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus

El Día Mundial de la Salud Mental se celebrará el 10 de este año en un panorama crucial para la salud de los ciudadanos a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cerca de 1000 millones de personas en el mundo tienen un trastorno mental. Estas cifras podrían ir en aumento tras la pandemia del covid-19.

En consecuencia, los últimos meses han traído muchos retos para el personal de salud, que presta sus servicios en circunstancias conflictivas. Por otro lado, el temor a acudir a su labor con probabilidad altas de llevarse el virus. Por ello, han tomado la iniciativa de organizar, por primera vez, un evento mundial de promoción en línea sobre la salud mental. Además, el evento contará con expertos que brindarán tips para combatir los problemas de depresión, ansiedad e hipertensión.

Antes del evento, el 9 de octubre, la OMS organizará el “United for Global Mental Health” marcha de 24 horas a favor de la salud mental. El objetivo, es animar a las personas de todo el mundo a participar de una marcha virtual. Durante 24 horas se retransmitirá en directo testimonios personales, intervenciones de responsables del ámbito de la salud mental y personas influyentes de los grupos de la sociedad civil que ya están activos en 19 países a través de la campaña «Speak Your Mind».


Infografía que brinda recomendaciones para tu salud mental

Además, se viene realizando la campaña “Mental Health for All: Greater Investment – Greater Access” para expandir conocimientos sobre cómo afrontar los problemas mentales en los jóvenes. Ello, porque cerca de 800 mil personas se suicidan cada año (1 persona cada 40 segundos). La situación actual amerita un movimiento urgente ante la coyuntura actual.

A nivel nacional, según estudios en Latinoamérica y el Caribe del 2019, el Perú se ubica dentro de los cinco primeros países en la tabla de discapacidad por depresión. Esto se suma al estudio de la OMS, en donde afirma que solo el 2% de los países en el mundo, invierten en presupuesto sanitario. En consecuencia, es la misión tanto del Ministerio de Salud y las demás instituciones sanitarias solucionar las graves consecuencias para la población afectada psicológicamente en este año.

Por ello, el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), viene realizando un estudio sobre cómo fue el impacto del covid-19 en los peruanos. Las mediciones, se realizarán a través de tres encuestas online, una cada 2 meses, divididas en datos demográficos, características de la vivienda, cuestionario sobre conductas, experiencias y expectativas relacionadas al coronavirus.

Si desea formar parte de la investigación realizada por el INSM, haga clic en el siguiente enlace.

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“El home office”: ¿una amenaza que acecha la salud?

12/09/2020 by Mabel Aguilar

El dolor de cabeza es un problema constante en el trabajo en casa (Foto: Freepik)

Con el confinamiento impuesto por el gobierno, el trabajo remoto surgió como una opción, pero enfrenta diferentes amenazas, que no solo son físicas sino también psicológicas. ¿Nos estamos preocupando realmente para atender ello?

Escribe: Ernesto Bardales

Con más de 700,000 contagiados y la posibilidad de que la vacuna no llegue hasta el próximo año, el gobierno extendió la vigencia del trabajo remoto hasta julio del 2021. Y pese a que la cuarentena se ha levantado, muchas personas siguen trabajando desde sus hogares, sea porque existen temores a contagiarse o porque en los más de 170 días de Estado de Emergencia han logrado reorganizar y optimizar las labores que desempeñan. Sin embargo, el trabajo remoto está generando otros problemas psicosociales y emocionales que superan incluso los problemas físicos.

Punto Seguido conversó con Yuli Escalante, psicóloga y jefa de Seguridad y Salud en el Trabajo de Pamer Colegios, quien nos comentó que en este periodo muchos de los trabajadores indican como principal problema molestias físicas, dolores en la columna, cuello, cervicales o la zona lumbar, que pueden solucionarse con temas de ergonomía.
“Los que primero salen son las ergonómicas, por falta de acondicionamiento en el puesto de trabajo. No tienen la silla, mesa, pantalla adecuada, o la ventilación no es la misma. Además, afirman que no se les ha capacitado para posiciones forzadas en su trabajo remoto”, refirió.

No obstante, Yuli Escalante indicó que al observar los casos con profundidad aparecen otros problemas como los psicosociales o emocionales que se convierten en los más importantes en comparación de las dificultades físicas.
Uno de los problemas que más resalta en los puestos de trabajo es el síndrome del pijama. Escalante precisó que este síndrome es la apatía generalizada que surge cuando se trabaja en casa, especialmente desde el dormitorio, y en muchas ocasiones con las prendas de dormir, es por ello el nombre. Además de este problema, indicó que existe un aumento de la sensación de soledad, lo que no se daba en condiciones normales cuando se compartía el trabajo en una oficina, ya que incrementa el insomnio y se modifica el horario de la entrada y salida del trabajo.
“Antes una persona se levantaba a las 5:00 am para salir a trabajar, porque se preparaba temprano y tenía que alistarse. Caminar al paradero para subir al bus o a un taxi, y mientras llegaba al trabajo podría pasar hasta una hora de traslado. Ahora no, ya no tienen que trasladarse, y se levantan a las 7:00 am u 8:00 am, esto empieza a cambiar”, expresó.

Pero no solo Yuli Escalante destacó el síndrome del pijama como uno de los principales problemas sino también describe la angustia y la fatiga, física y mental, y la sensación de abandono personal que puede llegar a una desmotivación laboral.“Las personas en el trabajo remoto se sienten que están sobrecargadas de trabajo, porque está asociado a cumplir con las metas y objetivos de la propia empresa”, sostuvo.

Sin embargo, la representante de Pamer Colegios, mencionó que estas manifestaciones suelen afectar más las labores diarias, por ello considera importante que los líderes presten mucha atención a estos factores. Por ello recomendó que en los espacios de trabajo se pueda realizar diferentes reuniones de cumpleaños o alguna celebración para que los trabajadores puedan interactuar de manera virtual con sus compañeros. Asimismo, señaló que el jefe y sus empleadores deben mantener una comunicación constante: brindarles la información del avance de la pandemia, las medidas que el gobierno está tomando o dándoles la seguridad de que esta situación es temporal.
“Lo primero que debe realizarse es una buena comunicación para tener un ambiente laboral más dinámico.”, refirió.
Además, Escalante indicó que las empresas deben contemplar un Plan de Salud Mental para sus trabajadores, a fin de que no entren en un círculo vicioso que pueda afectar su relación laboral y el tiempo de familia. Es por ello que es importante la comunicación y los espacios para que el trabajador pueda conversar con los demás miembros de su familia.

Actualmente el Gobierno está trabajando en una propuesta por el derecho a la desconexión laboral. Una medida que se usa en otras partes del mundo y que además no solo busca salvaguardar la salud mental de todos los colaboradores sino también su bienestar emocional.

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