Durante este año, siete peruanos intentan suicidarse cada día, siendo los jóvenes entre 18 y 29 años los más afectados, según datos del Minsa. Foto: Andina
En un contexto de crisis de salud mental, la Línea 113 del Ministerio de Salud se erige como soporte emocional para quienes lo necesitan. Durante este año, este servicio ha atendido un total de 2125 llamadas por conductas suicidas. Gary Rivera, vocero de la central, revela los factores que afectan a la población más vulnerable: los jóvenes.
Escrito por: María Fernanda Diaz
En estos últimos siete meses, se han reportado 1.620 casos de intento de suicidio, según los últimos datos del Ministerio de Salud del Perú (Minsa), registro que supera ampliamente la cifra del mismo periodo del 2023. Para entender mejor esta cifra, Punto Seguido realizó un cálculo que revela la gravedad de la situación: al dividir los casos reportados en 2024 entre los aproximadamente 210 días que comprenden estos siete meses, se obtiene un promedio de siete intentos de suicidio diarios. Esta alarmante media confirma la creciente urgencia de enfrentar la crisis de salud mental que afecta principalmente a los jóvenes entre 15 y 19 años, quienes representan un porcentaje considerable de las llamadas recibidas en la Línea 113.
En lo que va del año, los psicólogos de la línea 113, opción 5, han atendido un total de 66.055 atenciones relacionadas a salud mental. Este servicio gratuito del Minsa, que ofrece orientación y soporte en salud mental, se ha convertido en un recurso crucial pero aún insuficiente.
Uno de los factores predominantes en los casos de intento de suicidio y depresión es el entorno familiar. Según la psicoterapeuta cognitivo-conductual Roxana León, muchos jóvenes provienen de familias disfuncionales, donde la falta de comunicación asertiva contribuye al deterioro de su salud mental.
«Cuando no se fomenta una comunicación asertiva entre padres e hijos, los niños crecen sin aprender a expresar sus emociones, lo que a largo plazo puede desencadenar pensamientos irracionales, como no sentirse valorados o queridos», explicó la especialista.
Esta falta de redes de apoyo emocional en el entorno familiar es una de las principales causas por las que los jóvenes recurren al servicio de la Línea 113, según indica Gary Rivera, vocero de este servicio.
“Intentan conversar con sus padres, pero ellos minimizan sus problemas o no están presentes porque trabajan todo el día. Además, enfrentan el temor de que sus amigos se burlen si comparten sus sentimientos”, explicó Gary Rivera.
La Línea 113, opción 5 brinda los llamados primeros auxilios emocionales. El equipo de 34 profesionales se encarga de orientar y dar soporte emocional a aquellas personas que se encuentran en crisis. Estas llamadas duran un promedio de 20 minutos y, de ser necesario, pueden extenderse.
Este servicio, activo las 24 horas durante todo el año, no registra un historial clínico, por lo tanto, lo que se espera es que la atención no concluya en la llamada.
“Cuando la persona tiene una ideación suicida, buscamos que reciba una atención más especializada. Derivamos estos casos a los Centros de Salud Mental Comunitarios, donde un equipo especializado puede brindar un seguimiento adecuado», precisó el especialista Rivera.
Te puede interesar: ¿Cuánto ha crecido la brecha de acceso a tratamientos de la salud mental en el Perú?
El impacto de la tecnología en la ansiedad juvenil
El reporte de las llamadas a la Línea 113 de este año revela que la mayoría de las consultas corresponden a casos de depresión, con un total de 8,185, seguidos por la ansiedad, con 7,605, según un informe de El Comercio. Además, el Ministerio de Salud (Minsa) indica que el mayor porcentaje de estas llamadas provienen de ciudadanos de entre 18 y 29 años.
Uno de los factores que ha contribuido al aumento de los problemas de salud mental es la globalización tecnológica. Según Gary Rivera, vocero de la Línea 113, la dependencia a las redes sociales y la necesidad constante de estar conectados han incrementado los cuadros de ansiedad en los jóvenes.
«Quieren estar en contacto con las personas las 24 horas del día, lo que genera una presión constante y, en muchos casos, un sentimiento de no pertenencia o de aislamiento cuando no reciben la atención que esperan», afirmó.
Cifras alarmantes y una atención insuficiente
La crisis de salud mental en nuestro país se agrava con cada nueva cifra. Según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), hasta julio de este año se han registrado 189 muertes por suicidio. Este dato se suma al desgarrador informe de mayo pasado, que contabilizó un total de 391 personas que decidieron quitarse la vida en 2023.
La situación es aún más crítica en un país donde apenas el 2% del presupuesto del Ministerio de Salud (Minsa) se destina a salud mental, según indicó la directora ejecutiva de la Asociación de Salud Mental De-mentes, Lucero Andaluz en una nota para RPP.
Asimismo, un promedio de apenas el 2% de las instituciones educativas públicas cuentan con un psicólogo como indica la ley, según el Ministerio de Educación. Es decir, cerca del 98% de escuelas en el Perú no cuentan con especialistas en el área de la salud mental.
El limitado acceso a tratamientos y medicamentos es otro gran obstáculo. La psicoterapeuta Roxana León mencionó que, en muchos casos, las familias no tienen los recursos económicos para costear tratamientos psicológicos o psiquiátricos. “Esto hace que las personas que necesitan ayuda no puedan recibirla a tiempo», explicó.
La necesidad de una respuesta integral
Tanto la psicoterapeuta Roxana León como el vocero de la central 113, Gary Rivera, coinciden en que es fundamental invertir en prevención y en la formación de profesionales especializados.
La implementación de programas de salud mental en colegios, universidades y centros de trabajo es esencial para reducir los casos de suicidio y otros trastornos psicológicos.
“La Línea 113 es solo un primer paso, pero no es suficiente. Se necesita una política de salud mental integral que aborde la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de los pacientes», enfatizó Rivera.
Te puede interesar: ¿Un tabú justificado?