Foto: Luis Enrique Becerra Velarde
Tras el inicio del aislamiento social obligatorio, las personas que acampaban a las afueras del MINSA tuvieron que refugiarse a la espera de retomar las solicitudes para un tratamiento por los metales en la sangre.
Escribe: Matt Apolinario
A mediados de febrero, cinco familias procedentes de Cerro de Pasco decidieron acampar frente al ministerio de Salud. Este acto fue en señal de protesta contra el Estado, ya que vienen reclamando desde hace varios años que atiendan sus solicitudes. La principal demanda ha sido iniciar un tratamiento para las distintas enfermedades que se derivan del ingreso de metales en el cuerpo y sangre de las personas producto de la actividad minera en la zona.
La noche del domingo 15 de marzo, luego del mensaje a la nación, las familias compuestas por los señores Marcos Castañeda, Vilma Tobalino, Simeon Martin Huete e Irma Huaman, decidieron partir a buscar un hogar donde pasar el aislamiento social obligatorio. No obstante, el Estado había designado una casa en Los Olivos para las familias de Cerro de Pasco.
Pese a ello, cada uno tomó un rumbo diferente. “Tengo cinco hijos y tuve que buscar dónde ir, me hablaron de un cuarto en San Juan de Lurigancho”, dijo Marco Castañeda, quien pasa la cuarentena en aquel distrito. La familia de Simeon Martin Huete ya no pudo seguir durmiendo en el hospital del Niño en San Borja. En los sucesivo, se sabe que regresaron a la región de Cerro de Pasco en medio de la cuarentena. “Hace algunos años nosotros demostramos nuestra incapacidad económica para viajar cuantas veces lo requiera la salud de nuestros hijos, teníamos que quedarnos en Lima. Por eso estamos acá: en el albergue de Los Olivos”, menciona Irma Huaman. Asimismo, la señora fue acompañada por la representante de la sociedad civil: Gladys Mandujano.
El hecho de haberse dividido en varios lugares y no pasar la cuarentena en un mismo sitio ha sido un problema. “Hemos tenido que ver cómo administrar el dinero, el bono tardó en llegar”, menciona Vilma Tobalino. Asimismo, al ser una familia numerosa, el espacio y la recreación representa un conflicto. Sin embargo, la ayuda que habían recibido en el campamento frente al MINSA ha ayudado a paliar las vicisitudes. Por el lado de Irma Huaman y la representante de la sociedad civil: Gladys Mandujano no se ha presentado mayor conflicto, ya que ella manifiesta se ha cubierto todo lo necesario para la alimentación.
La urgencia de quedarse en Lima responde a tener que seguir un tratamiento cuanto antes. El gobierno prometió derivar a Argentina, ya que no existe la especialidad de toxicología pediátrica en el Perú.