“Es una cuestión no sólo de optimismo, sino también de visión artística. Hacemos esto porque es algo diferente y novedoso”, comenta Daniel Goya, director y productor de teatro. Foto: Pexels
Las butacas en el teatro ahora son la conexión a Internet. ¿El cambio implica la venta de menos entradas o nuevas oportunidades de difusión?
Escriben: Piero Herrera y Marjorie Schlaefli Follow @PS_UPC
Con el cierre de los escenarios en marzo del año pasado, una vanguardia ha surgido para frenar la parálisis artística: el teatro online. Según un estudio de la Asociación Playbill, una asociación cultural de gestión de teatro, la cancelación de obras y temporadas suspendió el movimiento de S/ 4 500 000 durante el 2020, una crisis nunca antes vista.
Para conocer más sobre este nuevo formato, conversamos con Daniela Acha, estudiante de la carrera de Producción y Artes Escénicas de la PUCP y productora del grupo teatral Rapiteatro, el cual viene presentando 20 obras relacionadas a las elecciones generales de 2021, a través de la página de Facebook de IDEA Internacional, hasta el 10 de abril.
El escenario virtual
Como la mayoría de personas involucradas están en espacios distintos, el entorno físico puede ser una fuente de limitaciones, pero también de oportunidades. Daniela explica que ella ve cómo los actores ubican un espacio, lo interpretan para que funcione como una escena e incluso arman su propia escenografía.
Las herramientas virtuales, anteriormente asociadas a otras formas de entretenimiento, como el streaming, juegan un papel importante para las artes escénicas. “Ahora se puede usar un fondo virtual: una cartulina verde y hacemos que se proyecte una imagen detrás: una casa, una playa, un palacio. Antes había que construir dichas escenografías”, recuerda la joven productora.
Daniel Goya, director y productor del grupo de teatro “El Club de los Aquellos”, menciona que la conexión en el escenario virtual entre actores es posible. “No se pueden ver más allá de la cámara y no pueden compartir su energía física en el escenario, el oído es una forma de conectar con el otro”, explica.
Es importante mencionar que la cámara juega un papel importante en la narración de la historia. Goya resalta la necesidad de una alta resolución para que el público vea bien lo que sucede, note la viveza del color y no se pierda el planteamiento del director.
Para Daniela, termina incluso siendo un personaje más en la historia. “Según como uno coloque la cámara, puede generar una experiencia distinta en el espectador. La cámara apoya para que el espectador entienda una idea”, menciona.
Así como ofrece nuevos medios y facilidades, esta forma de teletrabajo no está exenta de dificultades y limitaciones, como ocurre en otras profesiones. La productora de Rapiteatro siente que la comunicación se ha hecho más compleja, pero un cambio más significativo tiene que ver con los ensayos.
“Los artistas deben ponerse un tiempo límite porque pueden pasar mucho tiempo frente a una cámara sin que sea efectivo por el cansancio, mientras que antes había una o dos horas bien hechas”.
Una nueva relación con el público
El cambio a la virtualidad ha supuesto una nueva relación con el público. Las ventas individuales pasaron a la venta por conexión a la que acceden varios miembros en un mismo espacio.
Este beneficio para los espectadores implica un evidente perjuicio para los artistas, según Daniela. “El menor pago perjudica a los artistas porque antes los ingresos por las entradas se dividían por la cantidad de personas que ocupaban un espacio y ahora varios espectadores pueden ver la obra desde un solo espacio, como si fuera una sola persona”.
Pero la artista reconoce también una oportunidad de aumentar la difusión del teatro entre más personas, como las familias de los espectadores. El director Goya estima que lo que se pierde en la venta individual puede compensarse con la extensión a un público extranjero en el futuro. De esta forma el talento peruano sería expuesto a diferentes mercados.
Finalmente, la importancia de las herramientas virtuales y la distancia entre el público y el escenario han alejado a algunas personas del teatro. Para Daniela, este público puede sentir que la pantalla transmite menos información y sensaciones mediante el lenguaje corporal de los actores.
Sin embargo, la productora de Rapiteatro destaca la respuesta de otro público que desde antes ya veía teatro “no convencional” (“en las calles, en un museo de arte”). La virtualidad también ha hecho visibles nuevas formas de hacer teatro vinculadas con la situación de aislamiento.
Reflexiones finales
El director Goya siente que nos sumergimos en un nuevo lenguaje artístico, donde se debe experimentar para crear nuevos proyectos: “Es una cuestión no sólo de optimismo, sino también de visión artística”, recalca.
Ciertamente, el formato virtual ha llegado para quedarse. Daniela concluye que el balance final es positivo, a pesar de que también ha notado que menos personas ingresan a carreras de producción y realización de artes escénicas.
“Creo que es porque no conocen qué se puede hacer desde la virtualidad: no es tan común que se haga teatro virtual, que se pueda cobrar por este tipo de presentaciones. Pero creo que la virtualidad también nos ha dado herramientas que no teníamos y con las que muchos artistas no estaban familiarizados”.
Una vanguardia que no busca reemplazar a la presencialidad, sino crear su propio nicho. La televisión no desplazó a la radio en su momento, sino que nació como una nueva forma de expresión. El desarrollo de este campo en la virtualidad nos demuestra que el teatro no va a desaparecer, sino que está más vivo que nunca.