El aislamiento social ha obligado a millones de personas en el mundo a permanecer en sus casas.
Foto: Pexels
Escribe: Andrea Duthurburu
‘’Hemos aprobado un Decreto Supremo que declara el Estado de Emergencia nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de la nación a consecuencia del coronavirus’’ todos los peruanos, atentos, escuchábamos y veíamos en nuestros televisores el mensaje a la nación del presidente Martín Vizcarra. Habíamos esperado todo el día en medio de la incertidumbre por las medidas que tomaría el Gobierno por la llegada y propagación del COVID 19.
La cuenta regresiva empezaba. Por quince días la mayoría de nosotros nos quedaríamos en casa, y por ello, lo que quedaba de mi familia (mi padre) y yo, decidimos ir a comprar al supermercado alimentos básicos que nos ayudaría no salir tantas veces del confinamiento. Mi familia estaba dividida y con ellos llegaron los miedos. Mi madre y mi hermano habían decidido irse de viaje a Estados Unidos la semana anterior. Los rumores que corrían por las redes sociales aseguraban el cierre de fronteras y la preocupación por traerlos de vuelta empezaba.
En el primer día de cuarentena y con el aeropuerto aún funcionando, mi madre y mi hermano lograron llegar al país. Y así empezamos el aislamiento hace ya trece días. No voy a mentir que los dos primeros días no fueron tan malos, escuchando anécdotas del viaje y aprovechando en descansar un poco. Los siguientes, emocionados decidimos limpiar nuestros cuartos y sacar todo aquello que no usábamos. Entre los cuatrorecolectamos quince bolsas de donaciones. A ello, se sumaron las rutinas de ejercicio y yoga que seguíamos de tutoriales en Youtube y la dieta que no planeábamos dejar. Por fin parecía que llegábamos a la mitad del encierro, justo cuando empezábamos a hacer lo que la falta de tiempo nunca nos había permitido.
Día ocho y ya se especulaba sobre el aumento de tiempo para el confinamiento obligatorio en el Perú. A la fecha cerca de 22 mil personas han sido detenidas por incumplir las medidas del aislamiento social y es por ello que Vizcarra anunció en uno de sus mensajes a la nación (que se han vuelto la programación favorita de muchos peruanos) que extendería por trece días mas la cuarentena. Al menos las clases online de la universidad ya habían empezado y eso nos mantendría entretenidos a mi hermano y a mí, ya que además de conectarnos a la hora del curso, tenemos tareas y trabajos que entregar.
No estamos ni a la mitad todavía pero las recetas de postres en Instagram parecen poder cautivar hasta a cualquier inexperto en la cocina. Incluyéndome. Pies y cheesecakes no faltaron en este encierro (ni faltarán). Algunos familiares me escriben para preguntarme la receta y solo me queda llamarlos por teléfono o videollamada para contarles y asegurarme que estén bien. Aún quedan algunos días mas pero con ánimo, bueno humor y sin perder las esperanzas, llegaremos pronto al final y podremos juntarnos nuevamente con nuestros amigos, familiares, novios, compañeros, para llevar a cabo todos los planes que hemos hecho en estas últimas semanas.