Fiestas virtuales. Cada vez más animadores migran a las plataformas online.
Imagen: El Mago Edu
Los días en cuarentena continúan como una medida para cumplir con el distanciamiento social y, a la par, el rubro de eventos digitales sigue creciendo. Los animadores migran a las plataformas virtuales no solo como científicos o clowns sino también como magos y burbujólogos.
Escribe: Susana Condado Trelles
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El grupo más afectado por la pandemia y por las restricciones establecidas como intento de prevenir el virus y disminuir el número de infectados es quizá el de los más pequeños. Ellos no entienden por qué de la noche a la mañana está prohibido salir a jugar con sus amigos o celebrar su cumpleaños en la casa, el parque, o un local específico. Y la temática de la fiesta que siempre quisieron y esperaban hacer realidad este año se ve obligada a dar un giro. ¿Obligada? No. Muchos animadores ya han ‘digitalizado’ sus personajes o están estudiando para hacerlo y así llevar un momento de diversión y entretenimiento a los hogares de cada niño.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN MAGO
Eduardo Samaniego, conocido como El Mago Edu en el universo de las fiestas infantiles y eventos en general, dice que ser mago es un sueño hecho realidad. Él estudió actuación y luego conoció a una persona que enseñaba magia. No lo pensó ni dos segundos y le pidió que sea su tutor. A los 21, ya se encontraba en el primer escalón que lo llevaría a alcanzar ese sueño que tuvo desde pequeño. Es así como, hace aproximadamente seis años, nace El Mago Edu en el primer show de magia que hizo frente a su familia.
La construcción de su personaje es un trabajo arduo y completo que no discrimina si quiera los detalles más pequeños en la vestimenta o indumentaria. Él asegura que ha ido cambiando de accesorios con el tiempo:
- Camisas
- Corbatas de cartas
- Zapatillas (converse, sus favoritas)
- Lentes y más
Y es que la elegancia y el misterio son características importantes, afirma. Sin embargo, lo más relevante es en realidad el sombrero del mago. Cuenta que tuvo que mandar a diseñarlo en una sombrerería del Centro de Lima para que sea a su medida. Ahora, cada vez que se lo coloca entra en personaje.
“El Mago Edu es como un niño también: tiene miedo, asombro, es curioso, un poco torpe”, comenta, justo antes de esbozar una sonrisa y admitir que es cómplice de ellos. Tiene su estudio en casa y, aunque hay cosas que ya no utiliza, guarda recuerdos porque dice que son mágicos. Sin embargo, quizá lo más mágico para los niños sea Genoveva, su coneja y compañera, quien es parte de la décimo quinta generación de conejos en su familia. El primero en ser parte de sus shows de magia fue Rabito y aunque su partida lo haya marcado, Genoveva se ha encargado de seguir dando alegría en los eventos.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA BURBULOGÍA
“He recorrido todo el Perú con las burbujas. Ellas me abrieron más puertas en el teatro que el mismo teatro que yo hacía como independiente. Es una cosa de locos”, señala Aaron Banda, más conocido como El Burbujón Aaron en las fiestas, talleres y ferias. Él es un hombre de actuación, así se define, y es que con ello inició todo, mientras escribía una obra sobre payasos en la que uno de los personajes hacía burbujas y lo disfrutaba.
Hace cinco años aproximadamente, en una feria de Barranco, tuvo que suplir a uno de los artistas. Minutos después de salir a escena, una mamá se le acercó y le dijo que quería ese show de burbujas para el cumpleaños de su hija. A partir de entonces, empezó a elaborar a su personaje y, en su búsqueda, se dio cuenta de que se prestaba para ser un científico divertido, loco, extraño, histriónico y sociable al que le gusta conectar con los niños. En pocas palabras, un niño más en el show.
En ese sentido, para la construcción global del personaje utilizó herramientas del teatro y la animación. Trabajó en dos empresas distintas dedicadas a este último rubro para afianzar más su aprendizaje. En una desarrolló las fiestas infantiles y en la otra pudo entender el mundo de los eventos en sí desde la visión de un clown. El resultado de esos años, lo que él describe como una performance teatral con muchas más herramientas de animación, fue El Burbujón Aaron. “Mi personaje es en teoría un científico, pero realmente es un ser que está haciendo cosas y que al hacerlas, al experimentar, se divierte”, dice completamente convencido de la creación que lo ha llevado a distintos festivales, aldeas infantiles y organizaciones de ayuda social por todo el Perú.
ADAPTÁNDOSE A LOS NUEVOS FORMATOS
Si en algo coinciden Eduardo y Aaron es en la apertura al cambio y en la búsqueda de nuevas herramientas para cada uno de sus personajes en las plataformas virtuales como Zoom o Google Meet, siendo estas las que más suelen usar. Ellos conciben la idea de crear estrategias para que el entretenimiento, a pesar de ser a distancia, continúe siendo amigable y es algo que resalta Aaron en el grupo de entretenedores infantiles al que pertenece, un grupo que congrega a más de dos mil personas, según comenta, en América Latina.
“Lo único que varía es que ya no tengo a un niño a mi costado haciendo magia. En estas circunstancias eso ya no se puede, pero la magia va a continuar”, afirma Eduardo, y es que sus eventos seguirán siendo personalizados. Por otro lado, Aaron señala que sus shows siempre han tenido como base la comunicación e interacción con los niños y que eso continuará así sin importar la distancia. Por ello, esperando que puedan disfrutar de las burbujas, ha compartido la fórmula súper secreta en sus redes sociales.
Todo esto nos deja claro que la crisis en la que vivimos sumergidos hace varios meses ha retado a los animadores a crear sus propias oportunidades, a innovar sus personajes y a producir nuevos contenidos en un ambiente dividido por una pantalla. Su misión, como bien dicen, es darles un respiro a los niños, un momento de diversión alejado de las noticias y suspendidos por unos minutos del confinamiento. Si quieres conocer más de ellos mira el video a continuación.